domingo, 25 de febrero de 2018

Lugo, de infarto.

Si eres terrorista y resides en Bélgica, y no me estoy refiriendo a nadie en particular, estás de enhorabuena; lo único que tienes que hacer para perpetrar atentados -que sería lo tuyo- es esperar a las 21.00 horas y a las 21.01 ya puedes actuar libremente pues sus leyes, y su policía por extensión, de alguna manera lo permiten o, cuando menos no lo impiden, que a los efectos viene a ser lo mismo.



O sea que si vives en Waterloo, un suponer, a partir de las nueve de la noche si se te acerca alguien en la penumbra, puede ser un émulo de Napoleón -si es un majara- o, en el peor de los casos, un morocho dispuesto a hacer filloas contigo sin que nadie diga ni Pamplona.





Pues bien, el tema horario a la hora de las intervenciones públicas, lamentablemente se puede extrapolar a otros ámbitos no tan lejanos y que nos conciernen muchísimo más.

Como bien apunta el titular de hoy, si eres afortunado por poder vivir en la bimilenaria ciudad de Lugo deberías de estar pendiente del reloj en el hipotético e indeseado caso de que te dé un infarto. 

Si tienes la suerte de que se te pare la patata a las 21:59, ¡premio!, unos excelentes profesionales, con aparatos a la última, probablemente serán capaces de reintegrarte a este mundo para que tires un tiempo más entre los mortales envenenándote cada día viendo telediarios y muriéndote de otra cosa, o de la misma pero más adelante.






El problema surge cuando pasan de las 22:00 y tienes la ocurrencia de infartarte; en ese momento, como si el dios Cronos dictara sentencia, las posibilidades de supervivencia son equivalentes a las que existían en el momento de la fundación de nuestra querida ciudad; es decir, no te tiran entre las ortigas que rodean el hospital, pero te facturan a 100 kilómetros de distancia sin seguro de vida "in itinere" y ahí ya te puede pasar de todo, incluído lo peor.






Supongo que todo esto vendrá determinado porque las máquinas no sean de última generación como nos dicen, se las hayan agenciado en "Segunda mano" y se recalienten durante el día y tengan que parar por la noche para que se enfríen, las engrasen, les metan gas-oil y esas cosas, ya que, de no ser así, no tiene perdón de Dios que la gente se muera ¡por 5 minutos!






Y pensar que todo esto nos lo intentan vender como un avance...; ¡manda güevos!

lunes, 19 de febrero de 2018

Tres en uno.




 

Un boirense acaba sangrando por la mano tras dar puñetazos a su coche

Identificado un boirense por tocar la guitarra de madrugada

Dos heridos en una pelea registrada en un bar de Boiro



Como excepción, sin que sirva de precedente, van tres titulares en uno. Pero no me pude resistir.





El mérito lo tiene la localidad de Boiro, ya que los titulares son todos del mismo día.

Para puntualizar, se entiende que no ha sido el mismo individuo el que llenó la cabecera de las páginas locales; ya que si fuera así, habría que enjaularlo y pronto. 

Pero, aún no siendo el mismo, la cosa tiene su aquel.

¿Qué querencia pueden tener los boirenses para destrozar sus propios coches, dedicarse en cuerpo y alma a la música en horas poco ortodoxas y zurrarse de lo lindo por los bares de la localidad?

Si estableciéramos una regla de tres simple, basada en la población de Boiro y la de su capital de provincia; llegaríamos a la conclusión de que el equivalente de la "noche loca" que tuvo la villa, si la acción se desarrollase en A Coruña, sería tener que presenciar el ingreso en urgencias de 30 individuos sangrando por las manos, producto de haber confundido su coche con algún tipo de monstruo.





 

También tendríamos el resultado de 30 señores, con sus correspondientes guitarras, ingresados en el cuartelillo de la Policía Municipal. 

Esto tendría más gracia, pues podrían -los 30 juntos- ofrecer un concierto a los señores policías de guardia.





El asunto de la pelea, ya es un poco más peliagudo. 

El equivalente sería 60 señores arreándose estopa. Vaya follón. 

Si es en bares distintos, a razón de 2 púgiles por bar, no me imagino 30 coches de policía, con sus correspondientes luces y sirenas, dale que te pego por las calles de la ciudad.

Si los folloneros tuviesen a bien concentrarse en un único local, me lo ponen peor. 

Para separar a 60 contendientes, haría falta una movida de antidisturbios que me río yo de las macro-manifestaciones que salen por la tele.






Conclusión:  deberíamos de tomar esto de Boiro como un hecho aislado, producto de la contaminación del aire, del agua, o de lo que sea, y rezar para que no vuelva a ocurrir y, sobre todo, que no se extrapole, por regla de tres simple, al resto de las poblaciones de nuestra comunidad.

miércoles, 14 de febrero de 2018

Despedida de solteros



Una pareja despide su soltería en dos restaurantes de Ribadeo


Tras leer varias veces el titular, sigo sin entender cuál es la noticia, salvo que la pareja se tratase de dos lapones a quienes les hubiese dado por hacerse unos miles de kilómetros para tal evento.





También pudiera ser que el redactor hubiese intentado poner en relieve que todavía se casa alguien en este país; suponiendo, claro, que después de los excesos de la despedida llegara a consumarse la boda.

He oído que alguna ceremonia se canceló después de conocer la media naranja el desmadre que tuvo la otra media en su despedida de soltería; sobre todo desde que hay Facebook y otras redes sociales en las que, a los cinco segundos de tener un cipote de plástico en la frente y otro de verdad frente a tu cara,  te ve todo quisqui, incluída la que iba a ser tu pareja, con el consiguiente cabreo y pase a la acción de desmontar el evento.






Otra variable noticiable sería que la despedida se saldara con una cena "a pelo", es decir, sin copas, sex-boys (o girls), y demás divertimentos propios de estas celebraciones.

En este caso, sí que sería noticia por lo inusual.

También pudiera ocurrir que el titular se refiera a que la pareja hubiese ido a cenar dos veces a dos restaurantes distintos. Esto no lo aclara, pero es verosímil.

Si tenemos en cuenta que actualmente se prodigan los restaurantes que ofrecen cocina creativa con enormes platos inversamente proporcionales al cuadrado de su contenido, es perfectamente entendible que haya que ir en la misma noche a dos restaurantes diferentes para cenar más o menos de forma que te quedes sin apetito. Con uno, no llega; si no vas previamente cenado de casa, claro.





Creo, finalmente, que una de las opciones más probables es que se trate de una pareja de la Guardia Civil, ambos solteros, que decidan, no casarse entre sí -que también podría ocurrir- sino casarse contra sus respectivos contrincantes en su vida amorosa.






En cualquier caso, enhorabuena a las víctimas.