jueves, 21 de noviembre de 2019

Día mundial del retrete

19 DE NOVIEMBRE
Día Mundial del retrete.

De un tiempo a esta parte se ha puesto de moda fijar un día al año para la celebración de todo tipo de ocurrencias; así hemos podido comprobar como han inventado finezas tales como el “Día mundial de las legumbres”, “Día internacional de los trópicos”, “Día de la lengua rusa”, y un largo etcétera que no procede citar aquí más que para contextualizar e introducir el comentario al titular del día.
Pues bien, hoy nos hemos despertado con la noticia de que nos encontrábamos en el “Día mundial del retrete”.
He de confesar que, en principio, acostumbro a celebrarlo todos los días ya que de no hacerlo así, probablemente tendría un problema que, sin duda, se agravaría de forma dramática si la visita al retrete, fiel a la conmemoración, la hiciese solamente una vez al año.
Yo no sé muy bien a qué obedece esta celebración ni los actos correspondientes que tendrán lugar para lucir y poner en valor semejante nominación.
Cabría pensar en una exposición de inodoros y retretes de toda clase y condición, incluso que tuviera lugar una recreación histórica de lo que han sido desde hace unos miles de años, más aún  considerando que ya existían desde los tiempos de la Grecia clásica o anteriores; de hecho el ser humano, de una u otra forma, siempre ha cubierto esa necesidad fisiológica de forma más o menos satisfactoria y un tanto más recoleta y recatada en la misma medida en que los tiempos han ido avanzando.


Nada que ver tienen, por supuesto, las bimilenarias letrinas romanas en las que apretaban varios a la vez, con los actuales inodoros de diseño y sus incorporados artilugios que te lavan y secan las pudendas partes en un pis pas.
¡ Al carajo las empresas de papel higiénico ¡


Tampoco son desdeñables los avances logrados en los últimos años, dado que a finales del siglo pasado era frecuente encontrar W.Cs. en muchos bares, en los que procedía hacer el asunto en cuclillas, que más parecía que fueras a esquiar que a la otra cosa, teniendo por papel higiénico -en el mejor de los casos- unos recortes de periódico mal colgados en la pared, en ocasiones lejos del alcance de la mano, que te obligaba a dar un par de pasos de pingüino por el reducido habitáculo con los pantalones bajados.


Mucho tampoco se han esforzado los actuales ingenieros del asunto que sitúan los urinarios a una altura que, si no mides más de 1,80 cm. tendrías que pedir una banqueta para subirte, que no es el caso, o mear de puntillas, con lo incómodo que es eso.


Eso sí, de alguna manera se ha venido disfrazando semánticamente de las más variadas formas  la escatología del acto propiamente dicho.
Así, podemos contabilizar expresiones eufemísticas como las de “ir al baño”, cuando ir al baño supondría ir a bañarse; otras más antiguas y actualmente en desuso eran “ir al servicio”, “ir a la pieza”, “ir al excusado”, y ya mucho más antiguas,  "hacer de vientre", "verter aguas" o la más castiza de “ir a ensuciar”, así como algunas más que han intentado –con más o menos éxito- definir al íntimo acto cuando se trata de participar a los demás tus intenciones en el momento que te viene un “apretón” y tienes que salir pitando hacia el w.c.
Dicho todo esto, me voy a apuntar a la celebración mingitoria de forma habitual, como todos los días,  y llevándome la prensa al váter para leer la noticia completa, ya que el titular me ha dejado en ascuas y quiero ver en qué queda la cosa del "Día mundial del retrete".


2 comentarios:

Monteconcejo dijo...

Casi la mitad de los 8000 millones de homínidos que pueblan el planeta tierra todavía no tienen retrete para evacuar. La busco ha propuesto que en el 2030 toda la población pueda tenerlo

josemariasuarez dijo...

Merecido homenaje a un artilugio queen mas de una ocasión nos sacó de un apuro y en el que sentimos autenticos relax