viernes, 10 de febrero de 2023

Trenes que no caben por los túneles.

 


La ministra de Transportes anuncia ceses en el ADIF y en Renfe por los trenes que no caben en los túneles.







Acabamos de conocer la noticia de la compra de trenes que no pueden circular porque no caben por los túneles, ni los raíles soportan su peso.







Esta gente no ha visto Barrio Sésamo, en donde explicaban aquello de arriba, abajo, alto, ancho y obviedades parecidas, y se ha ido directamente de la facultad a los despachos sin tener contacto con la vida real. A lo mejor, si los ingenieros diseñadores de los trenes hubieran preguntado por donde iban a circular, cualquiera, con un FP sin terminar, les hubiera informado de que los túneles miden 15 metros de ancho por 6 en su punto más alto y así hubieran podido adaptar las medidas de sus ingenios a la realidad vial.







Este hecho me trae al recuerdo un esperpento parecido que ya traté en este blog, referido al ultramoderno submarino español S-80 sobre el cual, al finalizar su construcción, comprobaron con asombro y estupor que no flotaba. Recurriendo al principio de Arquímedes, que al parecer habían olvidado, lograron conseguir su flotabilidad agrandándolo, aunque al hacerlo, no repararon en que no cabía en el muelle de Cartagena, lo que constituyó una solución pírrica al asunto.







Esto contrasta con los requerimientos de los concursos con la Administración cuyos requisitos son leoninos. Una muestra más de la burocracia kafkiana que nos invade y de que "los árboles no dejan ver el bosque" a los que se tienen que aplicar en el cumplimiento de sus cometidos.

En principio, con menos motivo, en países con cierto sentido de la responsabilidad y del ridículo -como Japón- hubiera habido una cascada de dimisiones en menos de veinticuatro horas. En nuestro país, como viene siendo habitual, no dimite ni El Tato y, aunque lentamente ya ha empezado a caer alguno, han dejado transcurrir un tiempecito intentando escurrir el bulto y poder montar el oportuno "relato" para sacarse el muerto de encima, desde la ministra de turno, hasta el currante que compró el papel de los planos, pasando por ingenieros, directores generales y toda la tropa interviniente en el contrato, que se supone suculento, y echarle la culpa a otro. Terminarán por concluir culpando al muerto y que el único responsable del desaguisado fue Franco por hacer los túneles tan estrechos. Y aquí paz y después gloria.






Otro tanto pasa con el juicio por el accidente de Angrois, este con consecuencias trágicas e irreparables. Sin entrar en la esencia del juicio, solo faltaría, desde la ignorancia popular a la que pertenezco, parece que si el maquinista hubiera estado atento a lo que tenía que estar y las señalizaciones fueran las necesarias e imprescindibles, no hubiera ocurrido lo que ocurrió. A ver si en este caso, por su tremenda gravedad, se consiguen depurar responsabilidades a todos los niveles que correspondan.

Pero, por sacarle algo de hierro al asunto, después del cabreo y la tragedia, está la España cañí, la del cachondeo; esa que nos muestra a un individuo como Froilán, nieto del Emérito, al que se le suponía exiliado junto a su abuelo porque no saben ya que hacer con él, y estaba armándola, con el sol ya en lo alto, en unos after ilegales de la madrileña calle Orense, si bien la prensa rosa aclara que los abandonó para dirigirse a otro "legal". Va progresando adecuadamente.





Aunque no sea políticamente correcto decir esto, a este hijo de duque, y a muchos más, los ponía yo de aprendices de albañil durante unos meses y se les quitaban todas las tonterías. Claro que el concepto de "aprendiz" se ha quedado obsoleto y tildado de explotación infantil; ahora "los Ni-Nis", los "Menas", los de las bandas latinas y faunas parecidas, están más agustito en sus casas, a la mamandurria de sus progenitores, rascándosela con la Play Station que les regala Papá Gobierno o en la calle delinquiendo y, según los casos, con "paguitas" a la espera de un curro cómodo que nunca llegará dada su ineptitud manifiesta para afrontar algún trabajo responsable. 





Y digo yo, si esto es normal, que venga Dios y lo vea. Esto es, se mire como se mire, un despiporre.

3 comentarios:

Silvia Larrosa Pan dijo...

Como bien dices: con endosarle el muerto al muerto ya se soluciona todo en este país de castañuelas

José María Ares Sarceda dijo...

es lo que hay

José A. Cachafeiro dijo...

Y de los cesados a uno lo han cambiado de departamento y el otro estaba a punto de jubilarse. Nos mienten hasta con la hora que marca el reloj