miércoles, 6 de septiembre de 2023

Notario presunto "Fitipaldi"


GUERRA DEL RADAR CONTRA EL CONDUCTOR DE UN BMW DE EMPRESA: A MULTA POR MES.

Condenado en Vigo el infractor, un notario que lo negó todo y alegó que a esa hora trabajaba en su despacho.




Vayamos por partes: en primer lugar, disfrutar de un coche de empresa es un privilegio de asalariados con altos cargos, autónomos o empresarios que se lo auto endiñan por motivos fiscales, valga la grosera expresión; es decir, el resto de los mortales nos tenemos que conformar con tener nuestro propio auto, pagado o todavía a medio pagar, según ande el bolsillo de cada quien; existiendo además las variantes de los que conducen coches embargados, robados, sin seguro, sin pasar la ITV..., pero esto es tema para otro día.

En el primer caso, el celo y mimo con que se cuida el vehículo propio, no se suele trasladar a cuando se trata del "coche de empresa", y si alguien que se considere concernido no está de acuerdo, que me corrija.




Ahora bien, llegada la hora de las multas que se pudieran ocasionar, el repertorio de descargos para evitar el hachazo después de la infracción, suele ser de lo más variopinto, siendo el más manido el que recurre a la no identificación del conductor en el momento en que esta se ha producido.

El "maestro" Joaquín Sabina, narrador inigualable de los últimos lustros de nuestra historia, resume en uno de sus últimos trabajos la postura más común en estos tiempos ante cualquier metedura de pata:  su título es "Lo niego todo".

En el caso del titular de hoy que me mueve a escribir estas líneas, el infractor recurrente, no sé si incluso recalcitrante, se trata de todo un señor notario que alega que mientras él se encuentra trabajando, alguien anda pintando la mona por ahí con su BMW y después lo devuelve a su garaje o aparcamiento habitual sin que nadie se entere, como en un cuento de hadas, a excepción de la DGT quien, hermanada con Hacienda, todo lo sabe y controla.

Pues bien, dado el montante de la multa y la importancia de la infracción, se entiende que no se van a tomar huellas y pruebas de ADN en el vehículo en cuestión, como si se tratara de un crimen, para conocer la identidad del piloto; habrá, pues, que remitirse a las fotografías -si las hubiere- con nitidez suficiente, para comprobar si el BMW iba conducido por el notario susodicho, Rubiales, Cañita Brava, o alguien de más compleja identificación.



Desde mi humilde opinión, dado que tengo afecto por algunos notarios y aunque a este no tengo el placer de conocerle, le sugeriría que levantase acta de que él no iba conduciendo el vehículo en aquellos momentos, y aquí paz y después gloria. Al fin y al cabo, los notarios dan "Fe Pública" de los actos que acontecen y, por lo tanto, no los puede discutir nadie; y así la DGT se la tendría que envainar y apagar el radar cada vez que pase por allí el fedatario en cuestión, so pena de que, como pliego de descargo, reciba un acta notarial de que el BMW no iba conducido por nadie, o, yendo más lejos todavía, por un sargento de la Guardia Civil.



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1 comentario:

Anónimo dijo...

Súper bien, como siempre!! Felicidades por ese verbo florido!