Supongamos que sales un día de tu casa para ir a trabajar, y supongamos también que tu trabajo te exige tomar el coche para llegar a él. Pues bien, cuando te dispones a hacer el mismo recorrido que haces diariamente, va y desaparece la carretera que había ayer.
Se la llevó un chino.
Yo solamente conozco a los chinos de los bazares, los restaurantes y al del flan chino El Mandarín, aunque este no cuenta, y a decir verdad, son un tanto esmirriados.
Pero, vamos a ver, ¿cómo se puede llevar un chino una carretera?; además, profundizando en la noticia, lo hizo él solito, y, por si fuera poco, en una noche.
Lo de la nocturnidad, lo entiendo. Si llega a ser durante el día, probablemente algún conductor le hubiera arreado un guantazo antes de que se llevase un pedazo de carretera delante de su jeta con todo el morro.
Lo que no me entra en la cabeza es que despachara el asunto en una sola noche.
Hombre, el chino por naturaleza es muy currante de Dios, pero ya tuvo que aplicarse de carajo para llevarse casi un kilómetro de carretera al hombro en solamente unas horas.
A este hombre hay que darle la medalla al mérito del trabajo.
Ahora bien, si difícil es mangar una carretera, más difícil será venderla después.
El chino no puede ir por ahí con ella debajo de la gabardina como si fueran relojes de oro de contrabando, ofreciéndosela a todo quisqui.
Tampoco veo a la carretera expuesta en el escaparate de un bazar chino, más que nada porque se les saldría por los lados.
O sea que, al Fú-Manchú de turno, no le va a quedar más remedio que ponerlo en internet en "Segunda Mano" y ahí ya lo va a pillar la poli y se acabó el compás.
Visto lo visto, habrá que evitar por todos los medios que se reúnan cinco o seis como éste pues, si se ponen de acuerdo, el Puente Pasaje en un fin de semana aparece en Shanghái y tendremos que cruzar la ría a nado para entrar en Coruña.
2 comentarios:
Lo que nos faltaba por ver y oir, chinitos robando carreteras!!
En cuanto a lo del Flan chino el Mandarín¿Existe todavia?
Yo creo que el flan chino sigue ahí como un valiente, ajeno al paso de los años.
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