miércoles, 13 de junio de 2018

Un lucense en Shangai

Reconocimiento facial para ahorrar papel higiénico en los baños chinos




.
Con el progreso y la globalización, esto de viajar a países más o menos lejanos se ha convertido en algo habitual para muchos lucenses.

De ahí que tengamos que estar al loro de lo que se cuece en los diversos países a los que, por uno u otro motivo, nos tengamos que desplazar.

La noticia de hoy es, al menos, para tener en cuenta.

Si vas a Shangai y te da un apretón, más te vale que estés en antecedentes y preparado para lo que se te viene encima.





De entrada, mientras aprietas el ojete porque te vas por las patas abajo, vas a tener que poner la jeta frente a una especie de fotomatón y esperar a que este te "lea la cara".

No es que lleves nada escrito en la frente para que te lean, es el protocolo que requieren las autoridades chinesas sobre el tema este de la caca, para que puedas traspasar la puerta del retrete y aliviarte a gusto.





El aparato en cuestión, analiza los rasgos biométricos de tu rostro y, según tenga a bien interpretar a través de algoritmos y otras memeces análogas, te provee de los centímetros necesarios de papel higiénico para que te limpies el culete después de la apurada defecación.

A mí, sinceramente, este sistema me ofrece muchas dudas, porque, vamos a ver, si esto ocurre en Shangai que es un lugar en el que suele haber muchos chinos y los chinos, ya se sabe, tienen cara de estreñidos y poco cuerpo, el aparato estará programado para facilitarte algo así como 10 centímetros lineales de papel. Con eso, vas que te matas.





Ahora viene el problema; tú, que eres de Lugo y estás allí de paso, vas y te entra el apretón porque la noche anterior, para contárselo a la vuelta a tus amigos, te has cenado cuatro guarradas de insectos y pescados crudos con salsas imposibles; además, como no has pegado ojo con los retortijones, vas con la cara "achinada", el autoservicio te identifica como uno de los suyos y te da 10 centímetros de papel que para lo único que alcanza es para sonarte los mocos.





Nunca hubiera pensado que esto de las tecnologías llegaría a tener protagonismo en cuestiones tan íntimas y personales como el hacer de vientre, ni que llegase a añorar sistemas tan autóctonos y generosos como hacerlo de campo y auxiliarse de cuanta berza fuese necesaria sin necesidad de hacerte un selfie para ello.

Al final, me voy a quedar con las ganas de saber cómo puede diferenciar el aparato una diarrea de un señor de Lugo, con el rostro cuadrado y cetrino, de la de uno de Pekín, a la hora de dispensarle los centímetros adecuados de papel para su limpieza.

¿No sería más correcto hacer un reconocimiento anal en vez de facial?

2 comentarios:

Silvia Larrosa Pan dijo...

Y en ese reconocimiento que propones, ¿qué pasará con el que tenga almorranas?

José María Ares Sarceda dijo...

Más papel.