domingo, 29 de julio de 2018

Atracos más o menos graciosos




A prisión por atracar tiendas de chinos con escopeta y vestido de Superman


Esto de los atracos es un tema que da para mucho.

Es notorio que existen muchas formas de atracar, una de las más extendidas es la que te hace el conocido de turno, que habitualmente ni te saluda y ahora te busca, y se dirige a ti como si hubierais dormido juntos la noche anterior, para que le compres una participación de lotería, con recargo, para el club de fútbol de su barrio o para el viaje de fin de curso del A.P.A. del colegio de sus niños; en ambos casos te importa un pito lo que pueda ocurrir con el equipo de fútbol ese de tercera regional o con la excursión del colegio a Port Aventura promocionada por el acosador, pero como tienes menos cara que él, terminas por acceder al timo rosmando por lo bajinis.

En estos casos el atraco es doble, por una parte pagas el recargo, o sea el óbolo, en el acto del abordaje, que es irrecuperable, y por otra para más inri, en el improbable caso de que el número salga premiado con poco importe, no encontrarás el momento ni la forma de resarcirte del importe jugado y cobrar el suplemento que te hubiere correspondido por el azar.

Hace un par de meses me abordó un "amigo" con tal motivo y, afortunado de mí, he conseguido un premio de unos 15 euros. Ahora bien, el problema me surge cuando el "amigo" resulta que reside en Vigo, un servidor en Coruña y el premio hay que cobrarlo ¡en Vegadeo!; o sea, vaya apuntándomelo en la barra de hielo.



Si algún lector se va a pasar por Vegadeo próximamente -pues, además, caduca pronto- que me avise que le regalo la participación con mucho gusto.

Ahora bien, salvando la introducción que se me vino a la cabeza con la palabra "atraco" y dejando de lado al de las autopistas, que no es tema menor pero hoy no toca, vamos al meollo del titular de hoy:

Resulta que por Murcia anda un individuo que se dedica a atracar en los bazares chinos vestido de Supermán.




Pero, ¿qué cachondeo es este?.

Ya no queda seriedad ni en los atracadores.

A ti se te acerca un tío disfrazado de Superman para que le des la pasta y lo que le das son dos yoyas y la dirección de un hospital psiquiátrico.

Aunque, bien mirado, Ruíz Mateos ya había inventado hace unos cuantos años, el atraco y el disfraz, si bien las yoyas, en vez de llevárselas él, se las intentó dar a Boyer al inolvidable grito de "qué te pego, leche", como venganza al expolio cometido con su montaje financiero-laboral-económico-fiscal.





Al final, esto del Supermán murciano resultó ser un "dejà vu", con lo cual, de originalidad poco, y entretanto los chinos descojonados de la risa y el pollo en Kriptón, por lelo.

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