Catalanes fundaron La Gran Bretaña

Los historiadores separatistas se inventan ahora que los catalanes fundaron Gran Bretaña.

He de reconocer que me conmueve el hecho de que nuestros -de momento- compatriotas catalanes, se hayan atribuido la fundación de Gran Bretaña; tal vez tenga ahí su origen el calificativo de "hijo de La Gran Bretaña" para nominar a ciertos individuos de conductas anómalas o poco ortodoxas, por no decir claramente "porculeras". 

No obstante es justificable, por parte de los próceres de las patrias, la persecución de referentes de identidad cuando las propias son de magro calibre, así estos personajes del oriente español han "empadronado" por el artículo 33 a personalidades tan relevantes de nuestra historia, y la ajena, como lo han sido Cervantes, Da Vinci, Marco Polo o, sin ir más lejos, los hermanos Pinzones -sin rima- y por extensión, el propio Cristóbal Colón; afortunadamente y de momento, no se han metido todavía con los ADN de Rosalía de Castro, Don Pelayo o el Arzobispo Gelmírez, que a todo llegarán y sino, al tiempo.

Pero, volviendo al citado Cristóbal Colón, no me alcanzan las entendederas para comprender cómo los mismos catalanes, aquellos que por la mañana están clamando por la reivindicación de su barcelonismo, por la tarde exigen de forma grosera el derribo de su estatua que preside el fondo de Las Ramblas, icono de la Barcelona de ayer, de hoy y de siempre.

Yo creo que la gente que rige nuestros destinos, últimamente está fumando cosas raras o tomando demasiada medicación, y viene esto a colación por esa ansiedad talibán de arrasar con cualquier vestigio o referencia histórica amparándose en no sé qué justificaciones postmodernas y tramadas Dios sabe con qué objeto, porque ellos dudo mucho que lo sepan; o sí.

Sin entrar a cuestionar la Fiesta Nacional, que no es objeto de este artículo, ya hemos tenido que ver la transformación de la Monumental, una de las plazas de toros emblemáticas de España donde las hubiere, en un centro comercial para satisfacción del afán consumista que nos han metido en vena y ofrecido como alternativa de ocio para mentes más planas que las de algún diputado que disfruta de un escaño que ni en sus mejores sueños hubiera creído alcanzar.

Recuerdo otra ocurrencia, menos reciente, de esta troupe, que pretendía desvincular del culto a la catedral de Barcelona, joya gótica, para destinarla a un mercado de frutas, un circo, o no sé qué payasada fruto de la calenturienta imaginación de quienes postulan este tipo de acciones.

También estamos asistiendo impasibles, o impotentes según el caso, a la penetración y asentamiento de culturas que nos son completamente ajenas, todo ello "por un puñado de votos", parafraseando el título de un Western, denigrando y relevando la historia e identidad de este país desde los inmemoriables tiempos en que lo ha venido siendo.

De todos modos, los "estelados" que defienden el hecho de la fundación de "la pérfida Albión" como propia, si continúan insistiendo en el tema. pueden llegar a tener ciertas garantías de éxito, más que nada porque una mentira, repetida mil veces, llega a ser creíble, como es público y notorio en los tiempos actuales.

Ultimamente se ha puesto de moda el término de "el relato" que, como todo el mundo sabe, consiste en un circunloquio que se monta para intentar justificar lo injustificable, eso sí, rodeado de una pléyade de palabras corrientes con nuevas acepciones sintéticas y sintácticas que persiguen el despiste general de lo mollar de la cuestión en pro de la palabrería; así nos bombardean con expresiones tan eufemísticas como pueden ser, techos de cristal, geometría variable, equidistancia, tender puentes, líneas rojas, cordón sanitario, transversal, poliédrico, espacios de diálogo, plural, coral..., y todos los ejercicios demagógicos y semánticos posibles para distraer la atención de lo realmente importante.

En cualquier caso, convendría que los impulsores de esta nueva "pajarada", contactasen previamente con sus vecinos mallorquines, a quienes por cierto quieren hacer una OPA hostil, ya que estos últimos, en un pleno extraordinario ad hoc celebrado hace ya unos años, habían decretado que Cristóbal Colón era originario de su isla; no vaya a ser que también hubieran fundado Gran Bretaña antes que ellos y en ese caso quedarían con el culo al aire, como si de  caganers se tratasen, aunque el sonrojo no es un asunto que a esta ralea le preocupe en demasía.