Sorprenden a dos buceadores con 50 kilos de percebes en el puerto exterior de A Coruña
Que dos buceadores porten 50 kilos de percebes, hasta cierto punto puede ser normal.
Lo ilógico sería que portasen 50 kilos de papel higiénico que, aunque en Venezuela está a precio de percebe, por estas tierras lo tenemos a paladas en los Super y a precios asequibles.
Además, ¿qué harían los buzos con 50 kilos de papel higiénico debajo del agua?.
Nada.
El papel higiénico empapado de agua de mar no es el mejor recurso para limpiarse las partes; entre otras cosas porque se deshace, y porque con la salitre impregnada, te quedas con los fondos en carne viva y, encima, a medio limpiar a las dos o tres pasadas.
Lo que no entiendo bien es lo de la sorpresa.
¿En dónde vas a estar mejor escondido que debajo del agua?, ¿cómo te sorprenden?.
Puede ser que vayan en submarinos, pero no veo yo calado suficiente en esta parte de la costa para hacerlo. Probablemente el submarino se pegaría un tremendo pepinazo contra las rocas propiamente dichas y con él y su tripulación se irían al carajo unos cuantos miles de percebes que estaban allí, tan tranquilos, sin comerlo ni beberlo, ajenos a toda esta historia.
Y los buceadores, descojonados de la risa.
Tampoco veo a los guardias saliendo del submarino debajo del agua para detenerlos. Al abrir la puerta entraría agua y adiós submarino.
Si nos vamos por tierra veo más difícil el tema de la sorpresa.
En el puerto exterior se puede ver a alguien a cinco kilómetros de distancia. O sea que, cachar te cachan si quieren, pero de sorpresa, nada de nada, porque los estás viendo venir durante media hora.
Solamente nos queda que los hubieran sorprendido porque los guardias se encontraran apostados sumergidos disfrazados de pulpos en sus cuevas y al paso de los submarinistas les hicieran ¡ Uuhhh ! y ahí sí que les darían una buena sorpresa y, de paso, un buen susto.
A todo esto, me gustaría ver cómo les ponen las esposas debajo del agua.
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