miércoles, 12 de agosto de 2020

Okupas de taller

 

Isidoro, el asturiano al que le han okupado su taller mecánico: "Llegamos y estaban reparando coches"







Para entrar en materia, resumo la noticia en dos líneas.

El propietario del taller mecánico ovetense se va a su casa el viernes por la tarde después del trabajo y llega el lunes y se encuentra el taller abierto con nuevos empleados - ¡y jefes! - que le preguntan qué desea.

Desconozco cuál tiene que ser el nivel de tolerancia para intentar justificar esto; en cualquier caso, quisiera ver la cara del "tolerante de salón" si le hubiese ocurrido esto a él.

No cabe duda que cuando se cuestiona la ilegalidad de una okupación o, peor todavía, se editan guías y proponen métodos desde estamentos tan importantes como la alcaldía de una ciudad ciertamente importante, el resultado no puede ser otro.

Barra libre para todos y para todo.

En este tipo de situaciones, la hoja de ruta está meridianamente clara:  tú no tienes nada, probablemente porque no has hecho nada por tenerlo; entonces, como víctima que te sientes, escoges algo que te apetezca, te metes dentro y cuando llega el propietario llamas a la policía para que acuda porque se están conculcando tus derechos como okupa; la policía viene y detiene al propietario y te da los buenos días dejándote allí, a salvo del ofendido dueño legítimo y preguntándote a qué viene tanto enfado si todo tiene que ser de todos, según ha dicho alguien que tiene de todo pero no reparte con nadie.

Esto de la okupación pinta bastante bien, han empezado por edificios ruinosos, para subir un peldaño y pasar a pisos abandonados; como quiera que no pasaba nada, dan el salto a pisos habitados y, últimamente, chalets de categoría han sido objeto de los últimos movimientos habitacionales de libre albedrío.








Por esperpéntico que parezca, nada que ver con la última moda que nos desvela el titular de hoy:  la okupación de negocios.

Deberíamos de estar prevenidos, pues el día menos pensado, nos presentamos en nuestro Centro de Salud para consulta con nuestro médico, y nos atiende un tipo que, sin saber muy bien porqué, le atraía el asunto ese de la medicina y aprovechó para meterse en el consultorio con su consorte de enfermera -que hay que colocar a los próximos- siendo lo más patético del asunto que, entre los dos, no llegaron a completar EGB; o sea, que si vas con una pierna rota, igual te recetan pastillas para la tos.







Pero no pasa nada.

De todos modos y como todas las cosas tienen su parte buena, al ritmo que vamos, las okupaciones van a extrapolarse a estamentos y organismos oficiales y, más temprano que tarde, llegaremos un buen día a ver por la televisión el Congreso lleno de caras nuevas sin que hubiera habido elecciones previas, y a la policía en la puerta de la Carrera de San Jerónimo, impidiendo la entrada de los que, hasta entonces, eran los titulares de los sillones, reclamando su propiedad, suponiéndoles la misma legitimidad que la de las propiedades okupadas e ignorando que no los tienen en propiedad, sino que en este caso son de alquiler, esperemos que efímero.

Y los leones, partiéndose el culo de la risa.




No hay comentarios: