sábado, 14 de agosto de 2021

Cerrado por vacaciones



Centro de Salud cerrado por vacaciones.







Sumado al tradicional éxito veraniego del ya famoso "cierre de camas", que por repetitivo parece una cosa normal pero no lo es en absoluto, ahora le ha salido un serio competidor alejado de los mega hospitales:  el "cerrado por vacaciones" de los centros médicos rurales.

Resulta que nuestro titular de hoy nos informa de que la consulta médica de Negueira de Muñiz, ha colgado el cartel de "cerrado por vacaciones"





O sea que, si te pones malito en verano, qué te den; tienes un montón de meses más en el año para hacerlo y no dar por saco en estas fechas.

A mí esto me suena a disparate mayúsculo, si bien puede existir cierto mimetismo con las entidades bancarias que, desde hace ya unos veranos, cierran temporalmente algunas de sus oficinas en la época estival, enviando a sus clientes a donde les place, sin el menor rubor ni consideración con ellos.

En todo caso, las cuestiones dinerarias y de salud tienen poco que ver entre sí -o tal vez sí- pero atendiendo a prioridades, es notoriamente más importante que puedas encontrar abierto un centro de salud, si vas con la cabeza medio arrancada, que tener la sucursal del banco abierta para ir a preguntar porqué te han cargado el recibo de la luz por un importe como si fuera el del concello Vigo por navidades.





Como el tema del recibo de la luz no te lo va a resolver el banco por más que te empeñes, ni la ministra de turno y cuota con sus recientes y desafortunadas citas jocosas a Putin y a los Reyes Magos como solución, vamos a centrarnos en el SERGAS para el que sugiero, en el caso de los cierres veraniegos que nos ocupa, varias opciones:

En primer lugar, minimizar de forma objetiva la duración del cierre; si el cierre es solamente durante el mes de agosto, hay que considerar que poco menos tarda alguna cita cuando la solicitas; por lo tanto, tu pides cita ahora, te la dan para septiembre y aquí paz y después gloria; literalmente es como si no hubiesen cerrado.

También pueden animar al paciente a frotarse la zona de la dolencia mientras repite, a modo y ritmo de mantra, el consabido "sana, sana, culito de rana, si no sanas hoy, sanarás mañana" y a veces funciona, por aquello de que algunas enfermedades son psicosomáticas y la invocación al batracio puede coadyuvar en la sanación, eso sí, solamente para casos leves.

Por último, en el rural todavía hay un importante sector de la población compuesta por personas de edad avanzada, que debido a ello estadísticamente tienen más achaques que los jóvenes; pues bien, como quiera que este grupo tiene cierto apego por la religión (católica, que ahora todo hay que aclararlo), podrían sugerirles un rezo diario de rosario y un padrenuestro y cuatro avemarías combinados con alguna jaculatoria ad hoc hasta que la enfermedad remita.





Y al final, me ha salido todo este sainete sin pies ni cabeza, porque la administración competente no contrata a los facultativos necesarios para una atención mínima de la población, mientras a nuestros ínclitos políticos se les llena la boca de citas tan retóricas como la de "poner el foco en la España despoblada" que ya les voy diciendo yo que la va a poblar "el Tato" como no mejoren las condiciones sanitarias actuales.

En este sistema que rige en nuestro país cualquier cosa puede ocurrir, y esto me recuerda a los Reinos de Taifas del Califato de Córdoba; en un establecimiento puedes entrar a consumir o divertirte sin más requisito que pagar la consumición y a dos quilómetros tienes que presentar -que no discuto su conveniencia- una serie de credenciales para hacer lo mismo.

"Esto con Franco no pasaba" (frase hecha que desconozco si, por su simple mención, podría ser constitutiva de delito de apología del franquismo; si es así, la retiro, no vaya a ser que me ocurra lo que a algunos escritores y periodistas en la época del dictador, que los metían al trullo por escribir lo que el Régimen no consideraba afín a su doctrina)





Entretanto, el coronavirus, que es un engendro que no entiende de autonomías ni caralladas políticas, sigue descojonándose de risa y divirtiéndose ofreciéndonos variantes diversas para que desaparezcan del mapa unos cuantos miles de españolitos más, la mayoría sin comerlo ni beberlo y, eso sí, con nuestros centros médicos "cerrados por vacaciones" y los responsables "afeitándose p'arriba".

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