Sorprendido en Vigo borracho, en moto y comiéndose una hamburguesa
Lo raro es que hubiera ido comiendo unas almejas a la marinera. Aunque fuera Marc Márquez, la salsa le iba a pringar toda la camisa, parte de los pantalones, el sillín de la moto y el tubo de escape.
Tampoco es tan grave el delito si analizamos el asunto por separado, que sería lo adecuado, y le doy pistas al abogado defensor del sujeto por si quiere utilizarlas en su defensa.
Ir borracho, es bastante habitual en este País, unos con más disimulo que otros, pero el personal va bastante cargado y no suele pasar nada. De hecho, conozco mucha gente que borracha razona mucho mejor que otros serenos.
Ir en moto, sin sobrepasar la velocidad máxima permitida y respetando las señales, tampoco ofrece dudas acerca de su legalidad.
Quizás lo único punible sería lo de comerse una hamburguesa. Por estos lares tenemos artículos autóctonos (véase jamón, chorizo,... hasta unos liscos calentitos), que ganarían por goleada en calidad y sabor a la hamburguesa que se engullía el bárbaro de turno mientras intentaba mantener el equilibrio sobre su moto.
Ademas, tiene el atenuante de que la moto no era robada, que sería lo propio en estos casos.
O sea, que ya puede el señor letrado montar la defensa en torno a la desafortunada ingestión de la hamburguesa que, por el resto, no hay problema para obtener la absolución de su defendido por parte de Su Señoría; con costas a cargo de la acusación, por supuesto.
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