Resulta que hoy, día de San José y por extensión, día del Padre también, me disponía yo al levantarme a la NO celebración de mi doble condición de José y de padre en activo. Y, digo lo de NO celebración, porque ya no hay nada que celebrar a estas alturas de la película.
Desde que el 19 de Marzo es como los pimientos de Padrón - unos años es festivo y otros non- esto ya es otra cosa. Y en lo que respecta al Día del Padre, parece que a los únicos que les interesa es a los de El Corte Inglés, con indisimulado ánimo mercantil, como no podía ser de otro modo.
En cualquier caso, quienes si lo celebrarán y con suma alegría serán los miles de cabritos (al animal caprino me refiero) que otrora, estarían siendo degollados para adornar las mesas de innumerables hogares, mayormente en el rural, a modo de celebración gastronómica tradicional del Día de San José.
¿Dónde van aquellos San Josés soleados, con repertorio especial de la Banda Municipal de Música en su correspondiente templete y el personal tomándose tan ricamente el vermú al finalizar la misa en honor al Santo?. Ahora, ya, ni la meteorología respeta y muchas bandas ni tocan ese día ni otro; porque antaño, había bandas pero no había templetes; después hubo la maravillosa coincidencia de bandas y templetes, y ahora hay templetes pero no hay bandas que actúen allí para la popularización de la música tradicional y las relaciones sociales en torno a ellos.
Por lo tanto, sin nada que celebrar, me pongo a “darle al magín” y se me viene a la cabeza un detalle que no se me pasó por alto: anteayer, el día de San Patricio, la Torre de Hércules iluminada de verde y la fuente de Cuatro Caminos echando agua verde, entre otras celebraciones a nivel local. También se han podido ver decoradas de este color la Puerta de Alcalá y la Cibeles en la Capital del Reino, y hasta la emblemática Plaza Mayor Charra, orgullo nacional del Plateresco, se alineó - ¿o quizás mejor, alienó?- con este repentino e inexplicable movimiento pro-santoral irlandés.
No es que tenga yo nada contra San Patricio, santo, por otra parte, asaz desconocido por estos pagos; en toda mi vida solamente he conocido a dos personas con ese nombre y, en ambos casos, de segundo nombre; además, uno de ellos, portugués, que como que no cuenta en mi particular estadística, al ser No Residente.
Otra cosa son las Patricias, nombre por otra parte sugerente para las féminas, en principio más suave que el Patricio masculino, que aunque nada tenga que ver con el santo de las cervezas, nos trae recuerdos de autoritarias épocas de dominación romana.
No parece pues, el Patricio este, santo de suficiente relumbrón como para que merezca tanta pompa y fasto por estas tierras. De todos modos, no me preocupa que mis paisanos veneren y celebren por todo lo alto –no sé con que atávico sentimiento- el dia 17 de Marzo; lo que me preocupa y necesito es que alguien me explique urgentemente el agravio comparativo de manifiestos festivos con nuestro querido y entrañable San José quién, a la sazón, ha sembrado los registros civiles y las pilas bautismales de nuestras Patrias (ambas, la Galaica y la Hispana) de cristianos que llevamos su nombre, bien de forma simple, compuesta, átona, o apocopada en un simple Pepe; sin olvidarnos, claro está, de su derivación femenina Josefa, Josefina o Pepita. Que sometan a referéndum a mis amigos ferrolanos a ver quién tiene más predicamento en su tierra, si las Pepitas o las Patricias (con todos mis respetos para estas últimas), o a los paisanos vilalbeses que celebran por todo lo alto la “Festa dos Pepes”.
Además, puestas en una balanza las currículas de ambos beatificados, nada que ver. Gana San José por goleada; esposo de la Virgen, padre del Niño Dios, abnegado trabajador y resto de virtudes que no tienen ni ápice de réplica en la figura del santo Patricio, a quien no le voy a restar mérito, pero es un santo de Segunda División, del montón tirando por abajo y, además, extranjero…, bueno, San José tampoco es que fuera de Monforte precisamente, pero ya lo hemos adoptado a través de los años y lo sentimos como algo nuestro.
Omnipresente en los Belenes y otras recreaciones y de iconografía perfectamente reconocible; sinceramente, de todos los celebrantes de San Patricio, ¿cuántos distinguirían la imagen de San Patricio de la de San Fermín, por ejemplo?; como la mayoría estarían "mamados", imposible la diferenciación; total, les da igual. Consecuentemente, ¿cómo vamos a venerar a alguien que ni siquiera somos capaces de reconocer y de todavía menos conocida biografía y méritos de santidad?.
Definitivamente, si la pretensión es vender cervezas a mansalva, que pienso que es el único y verdadero trasfondo de la celebración del santo irlandés en nuestras tierras, que orquesten una campaña de marketing venerando a las teutonas (sí, teutonas, no piensen mal), portadoras de cerveza que, para el público objetivo, parece más razonable que la exagerada invocación a San Patricio que, además, pone de relieve, si cabe más todavía, el ninguneo sometido a San José con solamente 48 horas de diferencia entre ambas fechas para la comparativa y al que reivindico en estas líneas.
¡ Y qué me devuelvan ya mi festivo, hombre !
.
3 comentarios:
Mi querido amigo, tiene usted toda la razón. Este país esta lleno de tontos del higo. Que narices nos importa el Patricio ese...me lo expliquen que a lo mejor soy un ignorante. Sinembargo nuestro Joseiño...que te voy a decir como ferrolano.
Despéjame una duda. Al final lo celebraste?? Poaue mira que ers rariño.
Y este año ¿Cómo lo pasaste en el destierro? (léase aislamiento) Menos mal que tienes a tu Cobi para pasearlo.
Y este año ¿Cómo llevas el confinamiento? Menos mal que tienes tu Cobi particular para sacarlo a pasear. ¡Qué acierto con el nombre!
Publicar un comentario