Un octogenario atropella a un sexagenario en pleno casco urbano de Antas de Ulla.
Hoy me voy a saltar a la torera la seña de identidad de mi blog presente en su encabezamiento, que trata, siempre en clave de humor, los diferentes titulares de prensa que a mi criterio se prestan a ello.
Y es que me temo que hoy, humor, lo que se dice humor, no voy a poder encontrar al titular por más que me esfuerce en ello, por lo que voy directamente al grano.
Señor redactor: necesito urgente explicación del porqué de las etiquetas periodísticas en los titulares de las noticias en función de las edades de los protagonistas en tono subliminalmente, y subrayo lo de subliminalmente, peyorativo.
En este caso, como en tantos otros, se nos informa de que un octogenario atropella a un sexagenario; o sea, viejo por un lado, viejo por otro; una merienda de viejos, vaya.
No nos aclara si el accidente fue presenciado por un quincuagenario o si asistió al herido en primera instancia un cuadragenario que pasaba por allí; porque esas edades también tienen su correspondiente calificación, ¿sabe usted?
¿A qué viene esa continua clasificación, calificación y correspondiente cita, en función de las edades a partir de los sesenta años?
¿Por qué no se habla con la misma profusión de los quincuagenarios o, en su caso, cuadragenarios?
No puedo negar que me encuentro especialmente concernido por el hecho de tener más de sesenta tacos, pero eso no me resta criterio ni capacidad de abstracción para justificar mi desvarío de hoy.
No es mi caso, pero conozco a muchos sexagenarios, septuagenarios y octogenarios que corren maratones, se suben a una bicicleta o a un escenario, hablan, opinan en radio y televisión o escriben, con tanta habilidad, o más, que muchos de los que están por debajo de ese listón de edad que se empeñan en pasarnos por delante de la vista diariamente y situarlo como un muro divisorio entre dos grandes grupos de personas en función de sus edades.
Insto por lo tanto a los señores periodistas a que, a partir de hoy, etiqueten en función de la edad a todos los noticiables tengan la edad que tengan, de tal modo que podamos ver titulares como el que atropellan a un treintagenario, que desapareció un cuadragenario o que en tal sitio protagonizó un altercado un quincuagenario.
Sensu contrario, también puedo admitir que supriman todo este tipo de segmentaciones efectistas y se limiten a redactar los titulares de las noticias sin enfatizar sobre las edades de sus protagonistas, aunque después las reflejen en el artículo en aras a la fidelidad de la información.
La sensibilidad de la "tercera edad", a la que llegará todo el mundo que no la palme antes, se lo agradecerá.
1 comentario:
Señor mío, que muchas veces los octogenarios hacemos cosas que los treintagenarios no hacen(además de atropeyar a sexagenarios).
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