Vecinos critican que las nuevas marquesinas no protegen de la lluvia
Llamadme antiguo, pero marquesinas como las vintage patrocinadas por Cajas y Bancos de corte local, ya no se hacen.
Amplias, cerradas, consistentes, en ocasiones incluso de hormigón armado.
Refugios de la lluvia y, de paso, del frío siempre presente por estos lares.
La definición de la RAE no deja lugar a dudas:
Construcción cubierta y protegida por los lados que está destinada en las paradas de transportes públicos a proteger a los viajeros que esperan.
Lugares de encuentro, incluso de vecinos que ni esperaban el autobús ni nada y que se citaban en ellas para despellejar a los vecinos ausentes y ponerse al día de las últimas novedades de la parroquia resguardados de las inclemencias del tiempo.
Pues bien, como consecuencia de vivir en el siglo XXI, no nos sirven ya los funcionales diseños de antaño y tenemos que implantar marquesinas postmodernas, como se está haciendo en el Concello de Oleiros.
A mí, personalmente, las "nouvelles marquesinas" me parecen muy monas, pero al igual que otras cosas, como la gabardina de Cantinflas, pierden su funcionalidad principal -que es tapar- en aras a hacer prevalecer su vanguardista diseño, olvidándose de su objetivo y dejando al descubierto aquello que tendrían que cubrir.
Estoy ansioso por ver a la gente bajo esa marquesina cualquier día de lluvia arrimándose los unos a los otros en función de por dónde sacuda la lluvia en un alarde de compañerismo y unidad ante la adversidad.
No quedará otro remedio que abrir los paraguas debajo, aunque tal vez se contemple la apertura del paraguas con el argumento de que se trata de una marquesina monoplaza, como los Fórmula 1.
Y menos mal que del concepto original de marquesina, mantienen el techo, porque sino, ya sería de traca.
Y menos mal que del concepto original de marquesina, mantienen el techo, porque sino, ya sería de traca.
Creo que el razonamiento expuesto por el Concello para defender la levedad de la estructura es, cuando menos, digno de estudio sociológico.
Resulta que el minimalismo es intencionado al objeto de evitar vandalismos sobre este tipo de mueble urbano.
Esto es igual que si dictas una ordenanza para que en tu concello se construyan las casas sin tejado para evitar que caigan los rayos sobre ellos.
El rayo seguro que no caerá sobre el tejado, pero habitar el inmueble a la intemperie no va a ser cosa sencilla, más que nada por el frío y la lluvia.
Desde mi ignorancia, a lo mejor la solución podría consistir en vigilar, sorprender y sancionar a los vándalos que las pintan y destrozan, y hacer las marquesinas acorde con su finalidad principal de proteger de la lluvia a los usuarios de los transportes públicos, con sus fondos, paredes, aislamientos y demás.
Como muy bien las define la RAE, y como han sido siempre.
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